France été 2021 : Voyage intemporel

París, 22 de agosto de 2021

Recobrando mi profundo sentido de la identidad, entré en una dimensión paralela cuya existencia me hacía falta recuperar.

Hoy me encuentro en medio del camino, que he decidido alargar porque así es la vida, generosa cuando necesita serlo, y uno siempre debe saber escucharla, ya que en este preciso momento yo debería estar ya de vuelta en Malta, en mi casa con mis gatas, habiendo cerrado el capítulo. Sin embargo, me encuentro en París, desde donde escribo estas líneas, con el espíritu cada vez más restablecido.

En París

Para un viajero errante como yo, es importante poder identificar puntos de anclaje a partir de los cuales te puedes encontrar a ti mismo. Desde el punto de vista de la identidad, es innegable que la mía está intrínsecamente ligada a este país, no solo por mi abuelo, sino por mi educación, por el tiempo que he vivido aquí y, sobre todo, por mis amigos, que no son pocos.

Además hay momentos en la vida en los que uno realmente necesita reconfortarse y reconstruirse. Este es uno de ellos para mí.

Si bien es cierto que ya ha pasado un tiempo desde mi divorcio, este viaje me ha permitido reafirmarme en una etapa mucho más madura del proceso y me permite mirar hacia adelante con más certezas.

Por otro lado, entro a este viaje en medio de un torbellino emocional que me ha removido las entrañas de manera bastante profunda. Me doy cuenta que me gusta entregarme plenamente a cualquier historia, dar todo de mí, y eso obviamente abre las probabilidades de una caída más dolorosa. Pero no importa, al final, ahí es donde le encuentro el mayor sentido a la vida.

Dada la naturaleza de este blog, no me detendré en contar anécdotas personales detalladamente, sino simplemente dejaré fotografías y grandes temas de reflexión que el viaje me está aportando. Dejo fluir entonces el aspecto existencial, más que el literario en esta ocasión.

 

DÉBUT: PARIS

 

Los primeros días de mi viaje iniciaron en París, ciudad que cada día encuentro en mejor estado: más limpia, más inclusiva, menos dada al automóvil y siempre auténticamente universal.

Paris 6ème arrondissement

En París siempre asoma una versión personal que me encanta. Uno de mis grandes aprendizajes es que el entorno sí influye en quienes somos y, en el caso de París, lo hace en mí de una manera bastante transformadora.

Esta vez decidí caminar París de manera intensa. Siempre es una buena idea caminar en esta ciudad, pero mi objetivo esta vez fue hacer absolutamente toda mi agenda a pie, sin tomar un solo transporte público, para lo cual el tiempo entre dos citas tenía que ser lo suficientemente espaciado para llegar a buena hora. El tiempo debe contarse, evidentemente, incluyendo algunas paradas obligatorias para las fotos de rigor, ya que mi pasión fotográfica cada día se fortalece más y esta ciudad es particularmente apetecible para practicarla con ganas.

Cedí también a los placeres gastronómicos locales, particularmente a las viennoiseries que son mi total perdición, pero bueno, vengo de varios meses de estricta rutina alimenticia y de ejercicios, así es que estos placeres terrenales fueron (y siguen siendo) premios de motivación. Claro, si sumamos los varios kilómetros de caminatas diarias, todo quedó compensado.

Local madness

Logré construir una agenda increíblemente balanceada, llena de encuentros personales, positivos e inesperados: cenas, tragos en terrazas, picnic frente al canal, juegos de mesa, caminatas, pubs, fiestas inesperadas, conversaciones profundas. Realmente fui feliz viendo a varios de mis amigos parisinos (los que estaban acá).

¡Qué importante es rememorar y celebrar, frente a frente, las amistades duraderas!

Este inicio de viaje me hizo recuperar la confianza en mí que necesitaba. Mucha gente te dice siempre cómo debes actuar, qué debes hacer frente a ciertas situaciones, qué debes evitar hacer, y lo hacen quizás porque se preocupan por ti, porque quieren lo mejor para ti, pero en el fondo, creo que lo más sano es siempre hacer lo que uno siente que debe hacer. Claro, la edad, y la experiencia te van dando algunas luces de cuál es el camino a seguir, pero en el fondo, cuando ya sabes por dónde ir y hay algo que se mueve allí dentro, ese es tu lugar.

 

CORRESPONDANCE NANTES

 

Nantes fue un punto de inflexión, aunque solamente se trató de una escala. Sin embargo ha sido el único momento del viaje en el que estuve completamente solo. Ni siquiera quise aventurarme a buscar alguna otra alma dispuesta en la ciudad, sino que quería vivir mi soledad a plenitud. Algo que aprendí hace ya muchos viajes (solitarios), es que uno debe saber poder estar bien consigo mismo.

Así es que desde que llegué inicié mi recorrido a pie por esta ciudad llena de vida, en un día soleado y con una perfecta temperatura de 20 grados. Centro histórico, castillo, parques, una verdadera delicia, al ritmo de un soundtrack especialmente concebido para la ocasión, que mezcla canciones que me invitan a la inmensa reflexión personal con algunas notas del futuro. De hecho acabo de cambiar mi ambiente musical de la sinfonía en C Mayor de Bizet, para retornar a esas vibraciones.

Château des Ducs de Bretagne – Nantes

Comparto:

Monster – Jaime

“When I lose my sense of motion
An ocean there in front of me
And I question my beliefs
Well I make a list of everything I know
And see I’ve hardly even started down the road
And you’ll find me, yeah you’ll find me

Singin’ all I gotta do is write a monster
Suddenly a flash of inspiration
And I feel like I’m a saviour
And it feels, and it feels
Like the world is with me
All the chips are falling where they ought to be
And it feels so sweet, so sweet
So sweet, so sweet
So sweet, so sweet, so sweet
I just wanna hear, I just wanna hear you sing it back to me
Sing it back to me

When I’m digging in the dirt
For what it’s worth, for what it’s worth
And I just can’t find the treasure
Well I always thought there would be something more
Then it takes me back to where I was before
And you’ll find me, yeah you’ll find me

Singin’ all I gotta do is write a monster
Suddenly a flash of inspiration
And I feel like I’m a saviour
And it feels, and it feels
Like the world is with me
All the chips are falling where they ought to be
And it feels so sweet, so sweet, so sweet
And it feels so sweet, so sweet, so sweet
I just wanna hear, I just wanna hear you sing it back to me
Sing it back to me

Make a lot of noise, sing a lot of words
Tell myself that I’ll amount to nothing then it works
And you’re still you and I’m still me

So I just wrote a monster
Suddenly a flash of inspiration
That it really doesn’t matter
‘Cuz I know, ‘cuz I know
I got you with me
All the chips have fallen where they ought to be
And it feels so sweet, so sweet
And it feels so sweet, so sweet, so sweet
I just wanna hear, I just wanna hear you sing it back to me
I just wanna hear, I just wanna hear you sing it back to me
I just wanna hear, I just wanna hear you sing it back to me
I just wanna hear, I just wanna hear you sing it back to me
Sing it back to me
Baby come on one more time, yeah”

Por la noche fui a cenar como Dios manda, terminando por un cognac aux amandes, y luego a recorrer un poco más la ciudad en modo nocturno, muy animada como corresponde a una buena ciudad francesa en el verano.

Mi hotel quedaba en una parte muy céntrica de la ciudad y no me alejé demasiado, sin embargo sí pude apreciar una gran efervescencia que me invita a volver pronto.

Por la noche intenté dormir, pero a las 3 de la mañana me levanté con un sensación innegable de sacarme de encima aquellas reflexiones del corazón que me perturbaban y escribí una carta, como no lo hacía en mucho tiempo.

Recordé que yo era alguien de escribir cartas. Que en el pasado se las escribí siempre a las chicas de mi vida, tanto cartas alegres como tristes, y que la parte terapéutica de la escritura es trascendental en mi vida.

Así es que para las cinco y pico de la mañana ya tenía la carta lista para ser enviada. Siempre son decisiones importantes ya que al escribirla uno cumple con su parte terapéutica. Al menos, la parte del orden de las ideas. Luego, si uno la envía, ya compromete a la otra persona… al menos a leerla. Puede que no cause ningún efecto, como puede que cause uno totalmente contrario al que uno espera (o desea). Pero eso nadie puede saberlo.

Evidentemente la envié.

Estaba en Nantes. Solo. Era la conexión que necesitaba.

 

ETAPE DÉCISIVE: BRETAGNE

 

La razón principal de este viaje fue el de asistir a la boda de una gran amiga que conozco desde que tengo 8 años. Hicimos toda la educación primaria y secundaria juntos en Costa Rica y luego la misma carrera en Francia, por lo que la verdad es que no quería perderme esta ocasión para nada.

También era un espacio para volver a ver a personas muy importantes en mi vida y ver cómo el tiempo nos ha permitido evolucionar.

A vísperas de mis 37 años, me pregunto ciertas cosas. El divorcio evidentemente me afectó profundamente con respecto a mis planes de familia y eso no es un tema menor.

Lo primero que me permitió este viaje fue el de reanudar con personas muy importantes en mi vida que habían estado ausentes por largos períodos. Me encantó poder afrontar estos reencuentros con madurez y con nuevas energías. Me voy dando cuenta que ahora soy capaz de dominar ciertos estados de ánimo y eso solo lo trae la experiencia.

La verdad es que mi paso por Bretaña fue mágico. Visité pueblos maravillosos como Guérande, Pont-Aven y lugares naturales de una belleza impresionante.

Guérande

Fue un período también de exteriorizar muchas cosas y de reencontrarme conmigo mismo.

Quizás la parte que más me hizo reflexionar fue la de observar la vida de todos mis amigos, tanto de la etapa de Costa Rica, como de Sciences-Po (tanto en París como en Bretaña): prácticamente todos están casados, con hijos.

Pont-Aven

El primer abordaje de esta información me produjo un efecto bastante obvio: una suerte de reflexión sobre el fracaso de mi proyecto familiar y de reconstrucción necesaria del sentido de mi vida. Sin embargo esto es demasiado fácil, demasiado epidérmico. Mientras he ido procesando la información, y ha decantado de manera lenta pero firme en el torrente sanguíneo, comprendo que en realidad se trata de otros mensajes del universo.

Con la novia

Debo confesar que aún me siento algo perdido, esta reflexión está lejos de haber terminado, pero al menos ya no me recubre superficialmente, sino que siento que mi alma está dando una feroz batalla interna con mis pasiones y mi racionalidad. Por suerte la racionalidad en este caso está solamente al servicio de todo lo demás, que es lo verdaderamente importante, y por eso estoy bastante satisfecho, ya que he conseguido un nivel adicional de “experiencia” en el juego de la vida. Creo que puedo ganar en “hard mode”, como siempre quise. Sino, qué aburrido…

Aquí otra para el soundtrack del lector: Touch de Daft Punk

La boda fue una gran expresión de amor. Es inevitable que me afecte. Pero creo que salí bien librado de esta. Rodeado de amigos y buenas vibras, me divertí bastante. Tenía la sensación de estar en el fin del mundo. Y era exactamente eso lo que necesitaba.

El mensaje más claro del universo se dio la última noche. Con mi amiga de toda la vida con quien compartí el viaje, fuimos a un restaurante en un pueblo cercano: L’Aber Wrac’H, que más temprano nos había recomendado una prima de la novia, que es de la zona. Realmente es un pueblo de unas cuantas casas y poco más. Hubiese podido ser en cualquier otro lugar, a cualquier otra hora. Sin embargo allí nos envió el universo.

Estacionamos el auto y caminamos hacia el restaurante. En los pocos metros que teníamos que avanzar, de repente, de la nada, aparece un gran amigo y antiguo compañero de piso mío en Perú. Salía de un bar con una cerveza en la mano y con él estaba su mujer y su hijo, a quienes no conocía. Hacía unos años ya que no lo veía y le había perdido el rastro. Fue realmente increíble porque nos encontramos frente a frente en una sincronización cósmica absolutamente perfecta, sin que nada pudiese atentar contra eso.

Reencuentro por las fuerzas del universo

Evidentemente mi amiga y yo nos fuimos a cenar como teníamos planeado, pero después de eso nos reunimos nuevamente con mi ex compañero de piso y fuimos al único bar del pueblo a tomar algo y a regocijarnos de cómo el destino hace de las suyas. Ya que nos quedamos con las ganas, ayer en París lo llamé para salir a tomar algo y terminamos de conversar sobre muchas cosas que empezamos a explorar en l’Aber Wrac’H.

L’Aber Wrac’H

La vida me dio otro mensaje claro: que tengo (muy) buenos amigos hasta en el fin del mundo…. Y eso no es algo menor…. De hecho, esa verdad es trascendental y me define como persona. Yo soy también ellos y me he construido también gracias a ellos. Y allí están. En donde no se puede creer. Hay algo más, no tengo duda de ello.

TRANSICIÓN: SAINT-GILLES-CROIX-DE-VIE (VENDÉE)

 

Después de esta importante etapa de reflexión y de reestructuración interna, inició otro momento sustancial en mi etapa francesa “verano 2021”: el reencuentro con un amigo de muchos años. Antiguo compañero de piso en París, músico de profesión, que ha conocido varias etapas de mi vida y que es directo y de sabio consejo. Hemos compartido mucho a lo largo de los ya más de 15 años que nos conocemos, pero por la pandemia no nos habíamos podido ver desde el verano pasado.

Alquilamos un barco en Saint-Gilles-Croix-De-Vie, puerto desconocido de la Vendée (para mí), para tener una experiencia diferente y nos quedamos allí un par de días. Al final las condiciones no se dieron para ir a navegar, sin embargo estuvimos viviendo en el barco y visitando un poco la zona.

Barco en Saint-Gilles-Croix-De-Vie

Dos amigos suyos llegaron también a visitar y paseamos juntos.

Hicimos una visita sencilla, pero llena de conversaciones profundas. Además reafirmé (como siempre hago) una certeza que me encanta reafirmar: los panaderos de Francia hacen magia, no panadería.

Nuestro día de paseo turístico fue realmente espectacular por lo sencillo y lo cargado de significado: visita al museo de la sardina, compramos unos sandwichs y postres y nos fuimos a la playa a comer en el malecón, y después a tomar un café en el paseo marítimo. Por la tarde llegaron los amigos al barco y habían comprado unos quesos. Nosotros teníamos pan y vino y armamos un apéro de lo más divertido en nuestra “terraza” marítima.

El barco

También en medio de este trance recibí una llamada en la que me cambiaron los planes para mi cumpleaños: iba a ir a Sicilia, pero finalmente no. Me sorprendió lo rápido que tomé las cosas en mano: en vez de complicarme, rápidamente cambié mi itinerario, llamé a todas las instancias y amigos a los que tenía que llamar y en un par de horas ya tenía un nuevo plan armado, súper inspirador y sumamente divertido.

Por eso hoy no estoy en Malta, sino en París, donde mi viaje continúa.

St-Gilles-Croix-De-Vie me costó mi Ipad ya que se me cayó en el puerto y se rompió la parte de abajo. Ahora tengo que vivir con eso hasta que me compre uno nuevo. Hace mucho que tengo la convicción que yo pago por adelantado las cosas buenas que pasan, así es que cada “desgracia” la veo más bien como una gran oportunidad que se viene a la vuelta de la esquina.  

También me permitió darme cuenta de las muchísimas oportunidades que tengo frente a mí. Que yo soy totalmente capaz de sacarles provecho y que los problemas de la vida hay que resolverlos con acciones.

Saint-Gilles-Croix-De-Vie

En realidad me di cuenta que estaba experimentando lo que ya había hablado con mis padres alguna vez en Malta: mi filosofía de vida es la Libertad. Es así. Soy Libre.

 

ETAPA DE RECONSTRUCCIÓN: PAYS-DE-LA-LOIRE

 

Pasados los días en el barco, con mi gran amigo continuamos el viaje con el que había estado soñando por tanto tiempo: Loire. Castillos, gastronomía y vino. Eso era lo que quería. Pero en realidad obtuve muchísimo más.

Saumur

Alquilamos un AirBnb muy agradable en Saumur, pequeño pueblo del corazón del Loire, desde cuya ventana de la cocina se veía el río en todo su esplendor y el patio daba a la parte baja del Castillo de Saumur. Un verdadero deleite.

Amanecer desde la ventana de la cocina – Saumur

Son pueblos burgueses, que dejan entrever la gran riqueza y poder que tenía la nobleza francesa, particularmente en los siglos XVI, XVII y XVIII.

Château de Saumur

Desde Saumur visitamos otros dominios, como Chinon, por ejemplo, cuyo corazón medieval es realmente maravilloso.

Fueron días de buen vivir, comiendo de manera espectacular en los diferentes rincones que encontrábamos, tomando buenos vinos y empapándonos de cultura. Como debe ser.

Degustación de vinos en Chinon

Mi amigo está también en una etapa solitaria de su vida, en la que pudimos identificarnos y hacernos las mismas preguntas. Claro, quizás las respuestas son distintas para cada uno de nosotros. Pero qué importa. La vida es esta y en ese escenario estaba claro (clarísimo) que la estábamos (estamos) disfrutando.

En Chambord

También aprovechamos para visitar el castillo de Chambord, una de las expresiones más inequívocas del legado de la monarquía francesa y un espacio para entender más acerca de este país tan diverso y culturalmente inmenso. Algo que me motivó a elegir este castillo es que recuerdo a mi abuelo enseñándome estampillas ilustradas con el castillo de Chambord y contándome un poco acerca de la historia de los castillos del Loira. Sinceramente fue un día espectacular.

Jardines del Castillo de Chambord

El periplo del Loira terminó ayer en Blois, pequeña ciudad del centro-norte del Loire, con un importante acervo realista. Cargada de historia, es una delicia recorrerla y visitar sus parques y monumentos, muy bien mantenidos.

Lo mejor fue el apéro-classique en el parque. Una fórmula muy francesa del “buen vivir”: Parque con flores, castillo de fondo, música clásica y vino con quesos y charcutería, en un atardecer soleado de verano. ¿Qué más se le puede pedir a la vida? Solo un amigo músico que te vaya contando los pormenores de lo que estás escuchando.

Apéro Classique en Blois

Por la noche, aprovechamos la cena en un restaurante local con unos tragos en un bar de la plaza, donde la vida sigue, siempre sigue, así como la mía tiene que seguir.

Esta etapa de conversaciones y empatía fue sumamente importante para mí. Me reconforté en lo que estaba necesitando. Me di la dosis de Francia que pedía esta etapa de mi vida.

Al final, lo que había estado esperando por tanto tiempo se dio como tenía que darse. Con una calma que todo lo engloba.

Esta fue la etapa Carpe Diem, más epicureísta que hedonista, y creo que esa es la ventaja de la experiencia. Ya puedo enfrentar mejor el placer.

 

ESCALA: PARIS

Ahora me encuentro nuevamente en París. Mi viaje continuará pero yo no quiero adelantarme demasiado a lo que puede venir. Prefiero dejar un relato a medias, como la vida misma, porque por delante quedan demasiadas cosas por experimentar. Prefiero deleitarme con las sorpresas a anticipar los meandros. Solo sé que tengo algunos pasajes de tren comprados y el alma abierta.

Hoy, luna llena sobre el Sena en París

Nuevamente sé que me esperan muy buenas energías por delante y eso me da muchísimo gusto.

Espero poder ir definiendo el sentido de mi vida, pero lo que me doy cuenta es que no me urge. Mientras el proceso sea tranquilo, positivo y lleno de esperanza, el sentido me lo voy construyendo junto con las oportunidades.

Por ahora, lo que me queda muy claro es que mi ancla está aquí. En esta ciudad eterna, mágica, fantástica, que tanta gente detesta, lo que finalmente está bien, porque para qué estar entre quienes no quieren estar.

MERCI.

 

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